viernes, 2 de enero de 2009

-desde el hospital....

Los días 28, 29 y 30 del pasado diciembre, estuvimos en el hospital.
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Allí hubo tiempo para pensar....
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*No puedo arreglar el mundo.
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Una de las tareas que quise hacer cuando me jubilé fue la de ayudar a los demás.
-Pero a veces la gente no quiere ayuda, en el momento en que se le ofrece.-

Me hice una lista de personas que yo creía que necesitaban mi ayuda y estuve pendiente de ellas (teléfono, correo....).
Para mí era un gran peso, porque "compadecer", es "padecer con los demás" y yo hacía mías sus penas.-¿Pero ellas querían realmente mi ayuda?.-
Dudaba...

Así que invertí mi forma de actuar:
-ellas sabían que yo estaba disponible.
-yo no iba a su encuentro.
-ellas venían a mí.

Ahora está mejor.
Procuro no defraudar...
-Aunque nunca se sabe-.
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*Estoy en la cafetería del hospital:
Me gusta.
Es fría como la de una fábrica, pero me gusta. ¿Incomprensible?.
Estoy bien, desayunando y escribiendo.
Se acercan gitanas vendiendo "pulseras de la suerte".
Se acercan vendedores de lotería.
No compro ni una cosa, ni la otra, me gusta observarles , ¡qué ingenio!.
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*Vuelvo a la habitación 508.

Mi hijo mayor ya se ha ido.
Mi hija se irá esta tarde.
Nosotros también nos vamos a casa.
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Intercambiamos teléfonos, Carmen y yo; su marido ha sobrevivido a una "muerte súbita". Si yo no me hubiera jubilado, me gustaría reeducarlo.

La logopeda que lo haga se encontrará con "un caso bonito", se lo digo a Carmen...
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1 comentario:

amvalencia dijo...

No creo que nadie se pueda sentir defraudad@!!. Gracias de nuevo por los buenos ratos que nos proporcionas. Un abrazo