miércoles, 2 de junio de 2010

EL CAMINO RECORRIDO....



-de mis conversaciones con Mari Carmen Fortes...-

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He tenido la suerte de estar "en el sitio adecuado, en el momento oportuno" y ésto no ha dependido de mí, es como si alguien me hubiera guiado...
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- Inicié mi vida profesional en el colegio Domus, donde había estudiado la carrera. Trabajé 7 cursos en preescolar. El colegio tenía y tiene mucho prestigio, lo que deja entrever que sus profesionales han trabajado siempre mucho y bien, con ilusión. Recuerdo a las dos directoras-fundadoras: María Vicent y María Aparicio; recuerdo también, con gran cariño a Carmen Estellés, directora de la Escuela de Magisterio del colegio. Tenían una visión preciosa de lo que era educar-enseñar y del seguimiento que querían hacer de sus alumnas...no se perdía ninguna "cabecita".

Pero las dejé, siguiendo la costumbre de aquel tiempo, cuando me casé.
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-Volví a la enseñanza 5 años más tarde, buscando saber algo de Logopedia (¿recuerdas la tartamudez fisiológica de uno de mis hijos?....), a través de la Educación Especial.
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-El curso de Pedagogía Terapeútica, estaba organizado de la siguiente forma: durante los veranos asistíamos a las clases teóricas y en los cursos escolares siguientes a estos veranos realizábamos las prácticas.
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El primer periodo de prácticas lo hice en un centro específico de E.E. .
En el segundo verano de clases teóricas, con muy buen criterio, Raquel Payá y Carmen Adalid, directoras del curso nos dijeron: "no podemos enseñaros todo, pero sí podemos mostraros las fuentes...conociéndolas, sabreis donde acabar de formaros". Visitamos centros de caracteriales, de hipoacúsicos, de invidentes, de niños especiales... Y estuvimos en el hospital La Fe, allí en su pabellón de rehabilitación está el servicio de Logopedia y Foniatría, era lo que yo buscaba. Allí hice el segundo periodo de prácticas, enseguida sentí que eso era lo mío, que había encontrado "mi trabajo", (eso es muy importante, en el trabajo es donde transcurre la mayor perte de nuestro tiempo, si encontramos el adecuado, tenemos una gran suerte).
Despues de las prácticas, acabado ya el curso de Pedagogía Terepeútica, tuve la oportunidad de quedarme en el hospital en el servicio de Logopedia, trabajando. Fueron unos años preciosos, yo estaba como una "esponja", pude estudiar y tratar todas las patologías tanto de niños como de adultos, ayudada de buenos maestros, yo seguía siendo "una esponja", acompañada de buenos compañeros y de enfermos entrañables.
Tuve acceso a los cursos de los hospitales Valle Hebrón y San Pablo de Barcelona, donde los foniatras Torres de Gassó y Perelló fueron los pioneros de la logopedia en España.
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-Al cabo de unos años Educación pensó en la logopedia para los colegios, y tuve la oportunidad de volver a la escuela haciendo lo mío: logopedia.
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-Me costó mucho dejar el hospital, allí quedaban mis maestros, mis compañeros y sobre todo mis enfermos; pero era mejor para mi familia, iba a tener el mismo horario y el mismo calendario que mis hijos y eso era muy importante.
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-Así llegué al colegio Virgen de la Esperanza de Cheste. Me ayudó mucho su director Manuel Ávila y por fin me adapté. Preciosa experiencia, seguí aprendiendo, seguí trabajando. Recuerdo con cariño a los niños, a los padres, a los amigos (mira, Mari Carmen, que no digo compañeros). Comencé a desear tener "una varita mágica", y a hacerme muchas preguntas....
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Y finalmente el S.P.E., donde terminé mi vida profesional.
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Me pides, Mari Carmen, que te hable del S.P.E.
De esa etapa tengo un sabor agridulce.
Verás: allí trabajábamos psicólogos, logopedas, trabajadora social y un médico que compartíamos con otros S.P.E.s ; estábamos distribuídos por la zona y cada uno de nosotros atendíamos unos colegios.
Nos llevábamos bien, pero yo tenía la sensación de que éramos "agua y aceite".
Tenía mucho trabajo, hubo cursos en los que atendí a cuatro colegios, con una media de alumnado, entre los cuatro, que nunca bajó de 30 alumnos (y aún decían que las logopedas resultábamos caras..). Pero el trabajo era interesante, me gustaba y lo hacía con ilusión.
Muchos de "los casos bonitos" los traté en el S.P.E..
Y seguí deseando tener "una varita mágica".
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Pero la Administración "no es una madre", eso lo experimenté en dos ocasiones en esta última etapa:
-surgió un problema en uno de los colegios de nuestra zona, al carecer el compañero destinado de la titulación adecuada; su nombramiento era legal, en ese momento (los sindicatos habían conseguido que los profesores suprimidos tuvieran acceso a cualquier plaza, aunque no tuvieran la titulación); ¿cómo solucionó la inspección el problema?, nos mandó un FAX que decía: -el profesional que atiende el colegio S.T. que pase a atender el colegio A.M. y el que atiende A.M. que pase a atender S.T. , sin más, a mitad de curso, sin hablar conmigo, que fui victima de ese cambio, sin pensar en mis alumnos, así.
.empecé a pensar que yo no era MªJ.F., no, yo era sólo un número.
-en el mes de julio de 2004, cuando sólo faltaba un curso para jubilarme, con "nocturnidad y alevosía", pues ya estábamos de vacaciones, sacaron de varios E.P.E.s algunos lotes de colegios, entre ellos estaba el mío; no pensaron que me quedaba sólo un curso, nada, yo seguía siendo un número; no pude despedirme de mis niños, no pude redondear mi tarea de, al menos, 15 años... tuve, ¡por un curso! que adaptarme a otros colegios... esa jugarreta se perpetró desde Consellería, ni la inspección, ni mi director sabían nada.
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.me dijiste, Mari Carmen, que ésto lo debía contar, aunque con elegancia, no sé si lo he hecho así, pero es que sólo recordarlo me llena de indignación; verás que no he puesto nombres propios al menos.
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