domingo, 25 de septiembre de 2011

DIVAGANDO...¿soy invisible?.

-Leía en cualquier parte; lo leía todo: prensa, novela, cartas...pero lo olvidaba y cuando recordaba algo no sabía donde ubicarlo, no podía recordar de donde procedía la información...



-¿Nunca os habeis sentido invisibles?, la que diga que "no" es porque todavía es muy joven. A partir de cierta edad, las mujeres nos volvemos invisibles, y eso, aunque parezca malo, tiene sus ventajas.


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-En este artículo, Florence Aubenas, habla de eso y de otras cosas; me han parecido (experiencias y reflexiones) interesantes. Lo copio:




"BARCELONA. La periodista francesa Florence Aubenas no ha necesitado ninguna varita mágica para obtener el don de la invisibilidad. Ha sido suficiente con meterse en la piel de una trabajadora de la limpieza. "Cuando saludaba a los oficinistas de la empresa en la que limpiaba, se quedaban sorprendidísimos: como si les hubiera hablado la misma escoba. Una vez incluso un par de oficinistas se lanzaron a explicarse confidencias en mi presencia, celebrando que al fin se habían quedado solos, como si yo no estuviera. Ahora ya sé lo que significa sentirse invisible.




F. Aubenas, veterana periodista del "Libèration" y "Le Nouvel Observateur" que en 2005 vivió cinco meses de cautiverio en Irak, se propuso escribir sobre el tema-estrella de estos tiempos: la crisis económica. Pero no quería quedarse en su despacho de París y perderse en divagaciones teóricas sobre el tema, si no sentir la crisis en sus propias carnes. "Quería ver desde dentro cual es la realidad cotidiana de esos cientos de miles de parados que buscan infroctuosamente empleo o malviven con trabajos precarios", explica.




Se tiñó el pelo de rubio, se trasladó a la ciudad de Caen, en la baja Normandía, y se plantó en la oficina del paro, presentándose como una mujer de 48 años recién separada y sin experiencia laboral, con el propósito de encontrar trabajo "en lo que fuera". ëse fue el punto de partida de un viaje a las entrañas de la crisis que recoge en el libro "El muelle de Ouistreham" (Anagrama).




La experiencia le ha permitido extraer conclusiones demodeloras:




-PRIMERA: los solicitantes de empleo son tratados como desechos, son mercancía que sobra en el mercado. "Cuando en la oficina de empleo dijenque estaba dispuesta a hacer de todo, me miraron con indiferencia, -aquí todo el mundo está dispuesto a aceptar cualquier cosa-, me espetaron".




-SEGUNDA: un empleo a jornada completa, con un salario decente, contrato indefinido y vacaciones pagadas, hoy por hoy supone una quimera. Tras abrirse paso entre la marabunta de solicitantes de empleo que como ella esperaban una oportunidad, lo único que consiguió rascar fueron "horas de trabajo mal pagadas y en condiciones deplorables"....




-TERCERA: para su aventura Florence A. no recurrió a documentación falsa. No fue necesario. Prácticamente nadie la reconoció. "esto ha sido toda una lección de humildad. Una tiende a pensar erróneamente que su trabajo como periodista (o como logopeda) es muy importante, que todos la conocen, pero existen mundos paralelos: el de nuestro trabajo y el de la vida real de las personas de la calle (y yo añado: y el de la administración, que te ve como un número...). *

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Es bueno ser humilde.

Tiene sus ventajas ser invisible.

Lo mejor es aceptarlo.

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2 comentarios:

Verónica dijo...

Hola Mª José:

Pásate por mi blog (http://bauldelogopedia.blogspot.com), que te he dejado un regalito.

Saludos.

Mª José Fabregat dijo...

Muchas gracias, Verónica.
Un beso.