sábado, 6 de julio de 2019

UNA DEDICATORIA Y UNA CONTRAPORTADA.

Parece raro y tal vez podría ser la base de un concurso, pero no, las voy a copiar porque me han gustado y lo que me gusta no puedo quedármelo sólo para mí, y no temais, no os voy a preguntar por el título del libro.



DEDICATORIA

"Dedico este librito a la montaña que constantemente visita mi ventana.
A veces el sol la calcina, otras la ahoga.
Con frecuencia la lluvia la castiga.
No es raro que la niebla la envuelva mansamente.
Nunca la oí quejarse por culpa del calor o del frío.
Jamás exigió nada por su majestuosa belleza. Ni el agradecimiento. Se da simplemente. Gratuitamente.
No es menos majestuosa cuando el sol la acaricia que cuando el viento la azota. No se preocupa de que la vean. Ni se enfada si la pisan .
Es como Dios: todo lo soporta; todo lo sufre; todo lo acoge. Dios se comporta como ella.
Por eso la montaña es un sacramento de Dios: evela, recuerda, alude, remite.
Por ser ella así, le dedico agradecido, este librito.
En él se intenta hablar  el lenguaje sacramental que ella no habla, pero (lo que es mucho más importante) ella misma lo es." 


CONTRAPORTADA

"Este librito sólo puede ser entendido por aquellos espíritus que inmersos en el mundo técnico-científico que hoy nos rodea a todos, viven de otro espíritu que les permite ver más allá de cualquier horizonte.
El hombre es el ser capaz de leer el mensaje del mundo.
Vivir es leer e interpretar.
Cuando las cosas comienzan a hablar y el hombre a escuchar sus voces, emerge el edificio sacramental: Todo lo real no es sino una señal.
¿Señal de qué?."