-Me voy, madre, ya es la hora...Cuando en la pálida obscuridad de la madrugada tus brazos busquen a tu hijito en el lecho, yo te diré:"¡El niño no está!...". Madre, me voy... Me convertiré en delicioso relente para acariciarte. Seré las burbujas de aire del agua cuando estés en el baño para besarte y besarte sin cesar. En la noche de tormenta, cuando la lluvia rompa las hojas, oirás desde tu lecho mi rumor, y mi risa brotará en el relámpago que por la ventana entreabierta iluminará tu habitación. Si pensando en tu hijito pasas en vela las horas de la noche, yo, desde las estrellas te cantaré: "Duerme, duerme". Divagaré en el rayo de luna perdido en tu lecho, y mientras duermas, me dejaré caer en tus brazos. Me haré ensueño tuyo, y por las rendijas de tus párpados, me abismaré en el fondo de tu reposo, y cuando, presa de pánico, te despiertes y mires a tu alrededor, saldré volando hacia la sombra como una luciérnaga temblorosa. En la gran fiesta del Puje, cuando los ...