Todos hemos de morir, pero hay personas que por cercanas o por queridas parece que tienen que vivir siempre. Mi madre, cuando hablaba con alguien extremadamente habilidoso en su trabajo (el clásico "manitas"que venía a casa para arreglar un grifo o una persiana o a clavar un clavo...), siempre le decía: -"Usted no se tendría que morir nunca"-. Pero ¡claro!, también se moría, dejándola medio huérfana y sorprendida. Eso me ha pasado con la muerte de Paloma... * Sé que a ella no le gustará oir mis lamentos, sé que prefiere que la recuerde por alguno de sus escritos. Tengo en mis manos uno de sus libros "La Alegría" por el que le dieron el Premio Espiritualidad en el año 2000. Esta compuesto por 16 capítulos, en cada uno de ellos narra una historia independiente. Voy a copiaros uno de ellos: - Rosanna Benzi, la bella durmiente. "No es fácil que, periodistas o no, todos podamos olvidar la tensa espera que atenazó al mundo durante las Navidade...