Artículo enviado por el departamento de comunicación de Médicos sin fronteras. En marzo, la COVID-19 irrumpió en nuestras vidas para cambiarlo todo. Parece una eternidad, pero los retos por delante son todavía muchos y complicados. Por eso, la responsabilidad individual y comunitaria es fundamental para el control de nuevos brotes y para proteger a las personas más vulnerables. 1ª clave: Equipos de protección individual (EPI) adecuados y suficientes para profesionales de la salud. 2ª clave: Vacunas eficaces y a precios asequibles. 3ª clave: Herramientas de diagnóstico sencillas y fiables para la detección de casos. 4ª clave: Tratamientos eficaces, seguros y accesibles (incluyendo los preventivos y de pos-exposición). 5ª clave: Rastreo proactivo de contactos. 6ª clave: Estructuras para el aislamiento de casos. 7ª clave: Especial atención a colectivos vulnerables y esenciales (mayores, migrantes, personas sin hogar y personal sanitario, entre otros). 8ª clave...