¿Cuántos libros existían en la edad dorada de Grecia?. ¿Qué porcentaje de la población era capaz de leerlos?. Nos falta información. Contamos con datos casuales, briznas de hierba que vuelan en el aire y no permiten calcular la extensión de la pradera. Además, la mayoría de ellos se refieren a un lugar excepcional, la ciudad de Atenas. El resto es penumbra. Buscando huellas de aquella invisible alfabetización, acudimos a las imágenes de lectores representados en pinturas cerámicas. A partir del 490 a.C. los jarrones de figuras rojas aparecen decorados con escenas que representan a niños aprendiendo a leer y a escribir en la escuela, o a personas sentadas en una silla con un rollo abierto sobre el regazo y leyendo. Con frecuencia se trata de versos de Homero, de Safo... . En casi todos los casos, el libro contiene poesía. Lo más llamativo... en las escenas escolares no aparecen niñas. Esa contradicción nos coloca ante un misterio. Tal vez las mujeres lectoras pertenecían a fa...