"...Cuando Sagrario murió yo creí que la nena no comprendería. En el funeral jugaba con las flores cosidas al paño que cubría el altar. Mis padres esperaban preguntas, o que imaginara que estaba dormida. Pero lo entendió todo, y recuerda perfectamente quien acudió al entierro y quien no, quien le dejó flores y quien no. A veces la dibuja tal y como la vio en el velatorio, tendida y enflaquecida; la primera vez que enseñó uno de esos dibujos mi madre se echó a llorar, y yo traté de hacerle creer que era un ataúd de cristal y la princesa dormida." Cuando era muy pequeña murió mi madrina; y una persona muy cercana se lo anunciaba a otra. Noté que no sentía ninguna pena...y sólo tenía tres años. Aquel año los Reyes me dejaron una cadenita de oro con la medallita de San José. Y aún recuerdo más cosas... Los niños recuerdan y entienden mucho más de lo que los adultos creemos. Por lo demás, tu libro me ha gustado, a pesar del final insólito. ¿Qué nos has querido decir?., Lo ...