Querida Luz: "Algo se muere en el alma cuando un amigo se va..."y tú te has ido de una forma tan inesperada. Nadie está muerto, mientras tenga alguien que lo recuerde y tú has dejado tantos recuerdos entrañables y sencillos: -los caramelos que ponías ante mí, antes de empezar la clase. -las fotocopias que te empeñabas en hacer "para ayudarme". -los libros que ojeabas a hurtadillas: -¿quiere que se lo deje?, -no, no, cuando ves mejor. -tu trabajo perfecto. -tu paz, tu tranquilidad, tu ayuda. Al recordarte percibo en mí un vehemente deseo de orar. Paseo por una calle muy concurrida, miro los árboles y los pájaros de una forma diferente. Señor, ¿por qué nos quitas lo que más queremos?. No eres bueno. María José.