Se cuenta una bella historia de Alberto Durero: "Tanto él como su amigo Franz Königstein, luchaban por convertirse en artistas. Como apenas disponían de fondos para poderestudiar, decidieron que uno de ellos buscaría un empleo y subvencionaría al otro hasta que se hubiera formado. Entonces este último vendería sus cuadros para costearla educación del otro. Echaron suertes y la fortuna favoreció a Durero, mientras que Fanz se puso a trabajar. Cuando el primero consiguió bastante dinero con la venta de sus cuadros, quiso cumplir su trato. Pero ya fue imposible: ---las manos del buen Königstein habían sido deformadas por su trabajo manual y tuvo que abandonar su sueño artístico... Un día Durero sorprendió a su amigo de rodillas en actitud de oración y delineó unas manos orantes que se han convertido en una de las obras más conocidas del gran pintor alemán". *** Pensé en mis alumnos, en mis hijos, en los niños que han pasado por mis manos y por mi corazón... ¿Cuan...