sábado, 11 de junio de 2011

JUNIO, mes de despedidas.

-decimos adios, aunque no sean "adioses" definitivos, a muchas personas con las que hemos compartido tareas durante el curso-
-he dicho adios a mi clase de bolillos (el lunes se inaugura la exposición de labores); volveré en octubre, me he hecho "adicta" al encaje, os mostraré fotos, se han hecho preciosidades... -
-he dicho adios al Club de lectura....-
*
-pero el adios más entrañable fue este:



Creo que no lo veis bien, os lo copio en un momentito:


"Un nuevo curso se nos va. Mejor dicho: se nos ha ido. Lo lógico en estos momentos sería hablar de descanso, reponer fuerzas, recuperación... Y lo hacemos. A pesar de que en nuestras mentes aún sigue algo pendiente: esa nube de incertidumbre que se cierne sobre la Enseñanza Privada (sobre todo Religiosa). Confiabamos que, a estas alturas, al menos supiéramos a qué atenernos (esas fueron las promesas o motivos de TRANQUILIDAD que nos dieron). Hasta el momento no ha sido así. Y, necesariamente, uno se queda preocupado. Y queriendo ser optimista, aún sin tener muchos motivos para ello, confiamos, eso sí, en que no se juegue demasiado sucio, utilizando nocturnidad y alevosía. Creo que sobran explicaciones.


Para finalizar, y dentro de lo que implica un fin de curso, despedidas, permítaseme una debilidad: una nueva Promoción deja el Colegio. Para la mayoría, una más. Para el que firma, compréndanlo, no. Se trata de la Promoción del 83. De ahí que abusando de mi cargo de Director, la despedida no vaya en cualquier otro lugar de esta Revista, si no en la Portada.


Chavales, alzais vuestro primer vuelo importante. Echais a volar desde vuestro primer árbol: el Colegio. Un árbol con muchos años pero con savia suficiente como para haber sido capaz de cuidaros y enseñaros a volar. Y, lo que es más importante, un árbol que sabrá seguir renovando, pese a quien pese, esa savia para otras nuevas promociones, ese árbol que intentará por todos los medios mantenerse lozano y fresco, entre otras cosas, para que podais volver a él cuando querais, lo necesiteis, o simplemente, os apetezca. El árbol es sombra, descanso, refugio...


Y a todos: ¡Feliz verano!"



De esa promoción fue mi hijo mayor, tuvo la suerte de tener un magnífico tutor: José Angel Liaño.
Mi hijo y sus compañeros, siguieron diferentes caminos, pero todos tienen "la sombra de ese árbol".

-iba a recortar la imagen, pero no he querido ¡ya está bien de complejos!, todo lo que dice el Padre Liaño tiene vigencia ahora, a pesar del tiempo transcurrido-

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