Lo primero que aclara el autor, antes de empezar a escribir el libro es esto: - Soy ateo. Soy anticlerical. Soy laicista militante, un racionalista contumaz, un impío riguroso. Pero aquí me tienen, volando a Mongolia con el anciano vicario de Cristo en la Tierra, dispuesto a interrogarle sobre la resurrección de la carne y la vida eterna. Para eso me he embarcado en este avión: Para preguntarle al Papa Francisco si mi madre verá a mi padre más allá de la muerte, y para llevarle a mi madre su respuesta. He aquí un loco sin Dios persiguiendo al loco de Dios hasta el fin del mundo. El capítulo anterior al EPÍLOGO me impresiona... J. Cercas vuelve del viaje y le cuenta a su madre lo que el Papa Francisco le ha contestado, la atención con que escucha la madre, su reacción...para volver a leerlo. PRECIOSO, precioso.