martes, 23 de julio de 2019

HACE 50 AÑOS...

Me gusta lo que escribe Màrius Carol, director de LA VANGUARDIA.

-copio-
HIJOS DE LA LUNA. Autor M. Carol.

"A un mitómano, como es mi caso, lo mejor que le puede pasar es que el día que se cumplan 50 años de la llegada del hombre a la Luna pueda escuchar a la canadiense Diana Krall cantando Fly me to he moon en Cap Roig. Yo tenía quince años cuando el comandante Amstrong descendió a la superficie de la Luna para hacer historia. Luego bajó el piloto Aldrin, presbiteriano, que llevó un kit religioso para ser el primero en comulgar en el satélite. Ante el televisor, mi familia asistió en silencio a unos instantes fascinantes, sin quejarnos de la mala calidad de las imágenes. Más o menos como hicieron 600 millones de personas en el planeta, un récord de audiencia que tardaría doce años en superarse,con la boda de Diana de Gales, un cuento de hadas que acabó en tragedia griega.
En realidad yo había viajado antes a la Luna gracias a Hergè de Tintín, el capitán Haddock y Milú, que no sabía que un día la perra Laika no bajaría nunca del espacio. O con la novela De la Tierra a la Luna, de Jules Verne, en la que, si bien el cohete no llega a su destino, el autor determinó un siglo antes la duración del vuelo: cuatro días. E incluso estuve en Luna, que es lo más cerca que he estado del satélite, una población aragonesa de la comarca de las Cinco Villas, donde he comido las mejores migas de mi vida, y donde la Luna tenía un especial brillo cómplice.
Veinte años después de aquella hazaña que iba a apuntarse Estados Unidos, y que le permitía a Richard Nixon uno de los pocos éxitos de su mandato, descubrí a Paul Auster. Su novela El Palacio de la Luna es un guiño a las aventuras de Verne. La Luna y lo lunar son el hilo conductor de una historia sobre el destino. En realidad, el Palacio de la Luna es el nombre de un restaurante chino de Nueva York y la obra transcurre en paisajes del Oeste americano perfectamente lunares. Lo había dicho antes Mark Twain: Todo el mundo es una luna y tiene un lado oscuro que nunca muestra.


-comento mi experiencia-

"Nosotros fuimos dos de los 600 millones de personas que vimos a través de la televisión los primeros pasos que Amstrong dio sobre la superficie de la Luna.
Estábamos solos, los niños estaban con su abuela en el pueblo; ¿recordáis que os conté que uno de ellos atravesó un episodio de tartamudez fisiológica y que nos pusimos muy nerviosos y que por eso la abuela se los llevó a su pueblo?. Pues fue ese verano y esas fechas. ¡Cuántos recuerdos...!.
Yo soy de acostarme pronto y madrugar (es así mi reloj biológico), pasé mucho sueño por verlo todo, era muy importante lo que veíamos en directo, era como ver el descubrimiento de América en primera linea (eso decía mi marido para que no me durmiera...). Ahora lo recuerdo y estoy contenta. La emoción fue inmensa y el pensar que ya han pasado 50 años me produce una sensación extraña, ¡si parece que fue ayer...!. El tiempo se escapa como el agua en una cesta.
Recuerdo a las personas que estaban con nosotros y ahora ya se han ido; recuerdo sus palabras, su forma de ser, la huella que dejaron en mí. Debo estar agradecida.".

******      ********      ******





No hay comentarios: