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EL REENCUENTRO.

Había sido 101 días sin vernos. Me quería quedar, no lo había pasado mal durante el confinamiento, pero se empeñaron y no supe reafirmarme en mi NO. Me llevaron a un lugar donde vivían 7 personas, buena gente, y con ellas intenté conseguir la adaptación a la vida normal, la que desapareció el 13 de marzo. El reencuentro fue bien. La adaptación costó. Tantos días sin salir, caminando sólo por el pasillo de casa, hablando conmigo misma y pensando demasiado. Poco a poco. Si hubiera otro confinamiento no sería tan obediente. La salud corporal es importante, pero la salud mental aún lo es más. No dejaría que el aturdimiento me invadiera al salir de nuevo. Ahora toca aprender a vivir en el presente, no pensar en el futuro y soltar el ancla del pasado. Fantasear con que tengo "una varita mágica" y lo que haré con ella. -Hablar menos y escuchar más. -Rezar menos y vivir más. -Leer menos y pasear más. -Hacer sólo lo que me guste. -Decir "adios" a las clas...

"LA VENTANA INDISCRETA"

En una ciudad grande es difícil conocer a los vecinos. Conozco poco a los que viven en mi finca y menos a los que lo hacen en mi calle. Pues ahora los he conocido: -a la pareja joven que salían a tomar el sol y que tienen un gato que hace lo mismo y se relaja en el alfeizar de la ventana. -a la familia que tiene, en su balcón una bandera con un gran lazo negro. -a la periodista de tv3 que sale con sus hijos a aplaudir todos los días a la 8 en punto. -y más y más. ¡Tantos días sin salir de casa mirando la calle que no podíamos pisar!!!. Luego la imaginación dió paso a las historias: -los de la bandera con el lazo negro, salían con las cacerolas a protestar (les habrá pasado algo malo y están enfadados). -el gato que, aún teniendo peligro de caerse, prefería ver el sol y la libertad. -la periodista que no ha dejado de trabajar. -y mi amiga Pilar que hizo un corazón de ganchillo y lo puso en su ventana. -la pareja de ancianos que no han salido para nada, ni para aplaudi...

EL LUNES...

...pasamos a la fase 3. Ya pasó la cuarentena, pero ¿ya estamos seguros?. Y ¿cómo la hemos vivido?. Al principio bien, arreglando cajones, seleccionando lo importante, tirando lo superfluo. Limpiando todo. Nos ayudábamos, fue bonito. Pero se hizo demasiado largo. Apareció es estrés, no podía creerlo, si estábamos en casa, tranquilos... fue a los 60 días justos del encierro y aún faltaban 34 para que llegará la completa "libertad", las noticias seguían siendo tristes. Hubo mucho tiempo para pensar: - se me ocurrió cambiar un mueble de sitio. - leimos y releimos algunos libros olvidados. - cosimos  los descosidos que nunca nos venía bien coser. - vimos la tele y eso que yo había dicho que ya no vería más el telediario. - nos metimos en la cocina y ensayamos platos nuevos. - enviamos y recibimos muchos WhatsApps, tal vez demasiados. Pero lo que más agradecíamos eran las llamadas telefónicas de los hijo/as que viven en otras provincias y de los amigo/as que viven...

MENOS Y MÁS.

-Enfadarse menos, sonreir más. -Hablar menos, escuchar más. -Juzgar menos, comprender más. -Esperar menos, agradecer más. -Pensar menos, vivir más.                                           Pablo Neruda. *** Y ahora nosotra/os: Juan, Luis, Amparo, Pilar, Paco, Pepe... ¿qué quitaríamos (-) en nuestras vidas y ¿qué añadiríamos(+) en ellas?.   Podría ser un juego de mesa familiar, si todavía estamos confinados.      ******** Un poco de historia: "El primer Neruda escritor se llamó JAN y no PABLO. El popular poeta chileno decidió adoptar el nombre por el que es conocido (Neruda) como un homenaje a Jan al que admiraba muchísimo. Jan Neruda nació en Praga en el año 1834 y murió allí en 1891; es uno de los representantes de la Escuela de Praga, una corriente literaria en la que el elemento subjetivo comienza y será antecedente literario de Kafka...

EN ESTOS ÚLTIMOS DOS MESES...

...todo/as hemos recibido muchos Whatsapp. Hay uno que me gustó especialmente: ¿Y qué pasa si los niños "pierden" el año escolar?. ¿Y si en lugar de aprender matemáticas aprenden a cocinar?. ¿A coser su ropa? ¿a limpiar?. ¿A cultivar un huerto, una planta?. ¿Y si aprenden a cantar canciones a sus abuelos o a sus hermanos pequeños?. ¿Y si aprenden a cuidar a sus mascotas?. ¿Y si desarrollan su imaginación y pintan un cuadro?. ¿Y si aprenden a ser más responsables y a estar más conectados con toda la familia en la casa?. ¿Y si nosotros los padres les enseñamos a ser buenas personas?. ¿Y si aprenden que estar  juntos y sanos es mucho mejor que tener el último móvil de moda?. ¿Y SI NOSOTROS APRENDEMOS LO MISMO?. A lo mejor si niños y adultos aprendemos todo esto NO HABREMOS PERDIDO UN AÑO. ***********          **********          **********          **********        ...

LEER, LEER Y RELEER.

-y entonces dije: "¡basta!"; borré de mi agenda prisas y obligaciones. -y empecé a celebrar la vida. -y me convencí que era "prescindible". -y se me quitó un gran peso de encima. En un señalador de lectura leí:  "los dinosaurios no leían, por eso desaparecieron". * No lo creo, pero como no me gustaría desaparecer aún y como me gusta leer pues esa ha sido mi principal tarea en esta larga cuarentena. También he hecho otras cosas que también os contaré. **  VIAJAR LIGERO. La vida con equipaje de mano .- de Gabriele Romagnoli. Lo leí hace unos 3 años y tal vez ya hablé de él en este blog, pero es un librito digno (tiene menos de 100 páginas) de ser releído. Os voy a copiar la contraportada: Un manifiesto para que pierdas el miedo a perder. En la vida pasarás 23 años durmiendo, 20 años trabajando, 6 años comiendo, 5 años esperando, 4 años pensando, 228 días lavándote la cara y los dientes y tendrás 46 horas de felicidad. Esto e...

MENÚ DE VIDA.

-intento escribir. -encuentro cosas que sé que te gustarán. -pero no puedo, pienso en lo que está pasando. -tendré que imponerme una tarea y seguir. -no debo estancarme, pero no es eso, es que no puedo dejar de pensar en la gente que está sufriendo. MENÚ DE VIDA (espero que te guste o al menos te distraiga) Entrantes (no son para compartirlos, son para comerlos todos). -quererse mucho uno mismo. -valorar lo que tenemos. -sonreir. -cumplir las promesas. -ser humilde. -prestar atención a los detalles. Primeros platos (no son para elegir uno, es para comerselos todos): -respetar las diferencias. -saber escuchar. -mirar con el corazón. -creer en tesoros y sueños. - permitir fallos. Postres (todo para todos, como los anteriores): -dar las gracias. -humor y vida sana. -cuidar la Tierra. Sobremesa: -divertirse siempre. -vivir el hoy. **************