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PILAR:
Padecía una disfonía causada por edema de Reinke -se observaba que el borde de los repliegues vocales los tenía ocupados por una masa blanda, temblorosa al paso del aire por ellos- aunque no se dan nunca degeneraciones malignas, si pueden aumentar de tamaño y producir dificultades serias en la fonación e incluso en la respiración. Por tanto su O.R.L. le recomendó la microcirugía laríngea, pero antes la envió a logopedia.
Ella quiso que la reeducase yo, y fue un caso precioso de colaboración por su parte.
He de decir que así es Pilar: trabajadora, organizada, metódica, constante... es "perfecta". Pilar ha sido compañera mía en el S.P.E., hemos trabajado muchos años juntas en el colegio Balmes, ella como Psicopedagoga y yo como Logopeda.
Fui con ella al O.R.L. que la estaba tratando, y los tres en equipo (Médico-Pilar-yo) diseñamos su tratamiento.
Seguimos las pautas, editadas en este trabajo el día 2 de marzo de 2008: DISFONÍAS FUNCIONALES. -aunque la disfonía de Pilar en ese momento era orgánica, se daba el caso frecuente de una disfonía que comienza siendo funcional y acaba siendo orgánica-.
También le indiqué los "consejos" -¡ay, consejos!, un día hablaré sobre ellos en general- del capítulo: MÁS VALE PREVENIR.....publicados en este blogel 11-3-08.
Resultó todo un éxito, tanto es así que no hizo falta la intervención quirúrgica.
Vamos un par de veces al año a revisiones médicas, sus cuerdas vocales siguen límpias, los tres estamos muy contentos, creo que ha nacido un vínculo especial entre nosotros, todo gracias a Pilar que fue "la alumna perfecta".
Ella ha querido que la citara en este trabajo, y yo lo hago para recalcar, una vez más, que si se produce empatía entre reeducador y reeducado, el éxito está garantizado.
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PAOLA:
-este nombre es ficticio, como lo serán todos los demás de ahora en adelante (Pilar quiso que no ocultara su nombre); los casos son reales-
Fue un "caso raro", se le daba una hoja en blanco y escribía letras sueltas de forma desordenada, como si las hubiera echado sobre el folio a modo de sal sobre un guiso, y no hablaba, me miraba fijamente con mirada inteligente.
La traté poco, por esas fechas, yo dejé el hospital para incorporarme a la escuela.
¿Por qué la recuerdo...?. Me hubiera gustado seguir tratándola, aunque sé que su rehabilitación se debiera haber hecho en equipo (neuropediatra, psicólogo, logopeda... ¡qué bien trabajar así!).
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Transcribo el testimonio de su madre:
"Nadie supo diagnósticarla, fuimos de médico en médico desde que Paola tenía un año.
Un día, uno de ellos me dijo que era sorda, yo hablé con dureza a mi hija allí mismo: -te pondré audífonos y te dejaré en un centro específico para siempre-, reaccionó y la consulta médica continuó con normalidad.
Otros médicos me decían que eraretrasada mental...
Estoy segura que nos tomaba el pelo.
Así que yo (la madre sigue hablando) asumí su educación no dejándole pasar nada, fui muy dura. Pensaba que me odiaría, pero prefería eso a que me quisiera y siguiera mal.
No ha sido así: Paola está bien, es azafata de vuelo, se ha casado, y cuenta conmigo para todo".
CHAPEAU, bien por la intuición de las madres.
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