jueves, 6 de septiembre de 2012

CENICIENTA, en pictograma.

Sara, March, Paula....mañana ya vais al colegio, se terminaron las vacaciones.
¿A que os gustaría que vuestra profesora os diera la bienvenida contándoos un cuento?.
Por si acaso no tiene tiempo, os lo voy a contar yo:




¿Lo leemos juntos, cambiando los dibujos por palabras?:

*Erase una vez una hermosa niña muy querida por sus padres.
Un día su mamá enfermó y murió.
Su papá volvió a casarse con una mujer que tenía dos hijas.
Cuando su padre se ausentó, empezaron a tratarla mal. 
Le pusieron un delantal y le hacían trabajar día y noche. Le daban de comer apenas algo de pan y guisantes. 

*Como siempre iba manchada de ceniza, la llamaban Cenicienta.
Cierto día llegó la noticia de que el padre había muerto. Su madrastra no dudó en enviarla a dormir al desván.
Un día llegó de palacio una invitación para la toda la familia para ir  al baile en honor del príncipe.
Las hermanas prepararon sus zapatos y sus vestidos, quemando la invitación de Cenicienta.

*Llegó el día del baile y las hermanas y la madrastra salieron de casa con sus caros trajes. 
Al quedarse sola, Cenicienta se echó a llorar:
-¡Me gustaría tanto poder ir al baile!.
Sus amigos, el gato y el ratón se acercaron a consolarla.
De pronto, oyeron una dulce voz: 
-¡Cenicienta, no llores más.
Era su hada madrina.

*Cogió de la mano a Cenicienta y juntas se dirigieron al huerto, donde había unas calabazas muy hermosas.
Señaló con su varita mágica la más grande y, ante los atónitos ojos de Cenicienta, la convirtió en una carroza de oro. Cuatro ratones se transformaron en cuatro briosos caballos, y dos lagartijas, en dos cocheros.
Cenicienta se lo agradeció de todo corazón.

*-Todo esto es maravilloso, pero aunque lleve la mejor carroza del mundo, no me puedo presentar en el baile con este delantal.
-Pero niña, mírate- dijo el hada.
Sus harapos se habían convertido en un traje precioso de color rosa, y sus pies llevaban unos zapatos hechos del cristal más fino. 
Cenicienta estaba dichosa,

*-Pero debes abandonar el baile antes de que el reloj dé doce campanadas, ya que entonces se deshará el hechizo y todo volverá a ser como antes.
En cuanto Cenicienta entró en el salón de baile, el joven príncipe se dirigió hacia ella, hizo una reverencia y preguntó:
-¿Me concede este baile?.
Las hermanas estaban furiosas al ver a la bella desconocida.

*El príncipe y Cenicienta estaban tan felices que se olvidaron del tiempo.
De pronto, Cenicienta oyó dar en el reloj la primera de las doce campanadas.
-¡Debo irme, majestad! -y salió corriendo, perdiendo por el camino uno de sus zapatos de cristal, que el desconcertado príncipe recogió.
Al sonar la última campanada, todo volvió a ser como antes.

*Al día siguiente, el príncipe ordenó buscar a la joven a quien sirviera el zapato de cristal.
Tras mucho buscar, llegaron a casa de Cenicienta.
Las hermanas intentaron ponérselo en vano.
Cuando Cenicienta quiso intentarlo, se burlaron de ella, pero...
-¡Esta es la princesa que estamos buscando! -dijo el mensajero.

La boda se celebró y fueron muy felices.*

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Sara, me preguntas cómo he sabido las palabras que sustituían a los dibujos:
Yo no tengo una varita mágica, pero tengo una hoja mágica... Mírala:


y además soy muy amiga del hada madrina de Cenicienta...


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¡Qué seais muy felices!!!.
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