sábado, 12 de diciembre de 2015

10 CONSEJOS PARA CUIDAR EL MEDIO AMBIENTE

-no los doy yo...los da el Papa Francisco-


*Calefacción: Abrigarse más y evitar prenderla.

*Plástico y papel: Evitar su uso.

*Agua: Reducir el consumo

*Basura: Separar los resíduos.

*Comida: Cocinar sólo lo que razonablemente se pueda comer.

*Seres vivos: Tratarlos con cuidado.

*Transporte público: Utilizar transporte público o compartir el mismo vehículo varias personas.

*Árboles: Plantar árboles.

*Luz: Apagar las luces innecesarias.

*Rezar: Dar gracias a Dios antes y después de las comidas.

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Leo en el pie de foto, publicada en la revista de MANOS UNIDAS:
"El mundo tiene suficientes alimentos para dar de comer a todos sus habitantes."

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Reflexionemos juntos:

"El respeto a la dignidad humana implica la inclusión de todos en el reparto de los recursos".
"Utilicemos todo con moderación no estamos solos...".
"Pensemos en los demás y pongámonos en su lugar".
"Y.....todo lo que se os ocurra para practicar la solidaridad."

jueves, 10 de diciembre de 2015

RETAHILAS

-para ejercitar la memoria-
-para ejercitar el fonema /S/, que en esta retahila está contenido en gran medida-
-para jugar-

*

ÉSTA ES LA LLAVE DE ROMA (anónimo).

"Ésta es la llave de Roma, y toma.

En Roma hay una calle.

En la calle hay una casa.

En la casa hay un patio.

En el patio hay una sala.

En la sala hay una alcoba.

En la alcoba hay una dama.

Junto a la dama una mesa. 

En la mesa hay una jaula.

Dentro de la jaula un loro.
*
Saltó el loro.
Saltó la jaula.
Saltó la mesa.
Saltó la dama. 
Saltó la alcoba.
Saltó la sala.
Saltó el patio.
Saltó la casa.
Saltó la calle.

Y Roma no saltó, porque tenía llave.


miércoles, 9 de diciembre de 2015

ADIVINANZAS PARA UNAS PRÓXIMAS VACACIONES

...en las que el frío nos tendrá "secuestrados" en casa.
*
(seleccionadas por Ana Pelegrín)

Adivinanzas de Viento y Cielo 

*Vuela sin alas, 
silba sin boca,
azota sin manos,
y tú no lo ves ni lo tocas.
-------------------------------VIENTO.
*
*Unas regaderas
más grandes que el sol
con que riega el campo
Dios Nuestro Señor.
------------------------------LAS NUBES.
*
*De la tierra subí al cielo:
del cielo bajé a la tierra;
no soy Dios, y sin ser Dios
Como al mismo Dios me esperan.
--------------------------------------------LA LLUVIA.
*
*Llevo sin ser arlequín 
de colores mi librea; 
sólo salgo por la tarde 
y espero siempre que llueva.
---------------------------------------ARCO IRIS.
*
*Muchas campanitas 
muy bien colgaditas,
siempre encendiditas, 
nadie las atiza.
----------------------------LAS ESTRELLAS.

**

Adivinanzas del Sol y la Luna

*Apellídanme rey,
y no tengo reino;
dicen que soy rubio,
y no tengo pelo;
afirman que ando,
y no me muevo;
relojes arreglo 
sin ser relojero.
------------------------EL SOL.
*
*Soy un señor encumbrado,
ando mejor que un reloj,
me levanto muy temprano 
y me acuesto a la oración.
------------------------------------EL SOL.
*
*Por las barandas del cielo
se pasea una doncella
vestida de azul y blanco 
y reluce como estrella.
--------------------------------LA LUNA.
*
*¿Qué es una cosa
qui-quiricosa
que entra en el río 
y nunca se moja?.--------------------------LA LUNA. 

lunes, 7 de diciembre de 2015

UNA CIVILIZACIÓN QUE SE ACABA. cuento de Navidad.


"La galería que circunda el vasto patio es de mármol blanco. De mármol blanco son las recias columnas y de mármol blanco son la espaciosas losas sel pavimento. En el centro, entre arriates de mirtos, la taza de una fuente resalta en su blanco mármol. Declina la tarde; llega el crepúsculo. El agua de la taza se deshilacha con un dulce murmurio. El silencio es profundo. Aparecen ya en el alto y límpio cielo los arreboles del crepúsculo. Las cintas de las nubecillas son de oro, de oro y de carmín. Y el murmullo del agua que de la taza se derrama, con la noche que se acerca, se va haciendo más sonoroso.
.
En una estancia, un hombre se halla reclinado con la mejilla en la mano. Los ojos azules miran sin ver, con expresión de suave tristeza. La barba rubia, espesa y corta resalta en el blancor del traje. Hay en todo el continente de este hombre un gesto de cansancio. De pronto suena un golpe seco y la puerta se abre. El busto del caballero se yergue; en los ojos brilla otra luz, y en los labios aflora una bondadosa sonrisa.
-Entra -dice el caballero-; siéntate. Te he llamado para una misión importante. Llegan a mí todos los días reclamaciones y protestas. Preciso es restablecer el orden. La autoridad no puede ser violada. Hay que defender la propiedad y la familia. La religión merece también, en primer término, nuestros cuidados. Y religión, patria, propiedad, familia, orden, todo, todo está amenazado por esos hombres. ¿Los conoces tú?. ¿Los has visto alguna vez?. Dicen que ponen en común sus vienes. Se mofan de nuestros diosas. Declaman contra los ricos. Desprecian las riquezas. Viven una vida de independencia y austeridad. El Imperio se vendría abajo si las ideas de esos hombres triunfaran. Tú iras a España. Como túirán otros emisarios a todos los dominios del Imperio. Llevaréis órdenes todos de que la represión sea vigorosa. A todas las autoridades transmitireis mis órdenes.
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Es media noche. Sobre una columna de jaspe arde una lámpara de bronce. La estancia está casi en tinieblas. Una voz dulce, sonora, dice:
-¿Me oyes?. Estás soñolienta. No te cansaré mucho. Pero quiero hacerte participe de mis dudas, de mis inquietudes. ¿Has tropezado tú alguna vez con esas gentes que desprecian las riquezas y se burlan de nuestros dioses?. Un minuto nada más y me despido. Te dejo sola y entregada al sueño. Pero yo dudo  mucho en estas horas de soledad y de silencio, en que me encaro conmigo mismo. ¿No habrá en las ideas de esa gente alguna partícula de verdad?. ¿Crees tú que es justo nuestro régimen de propiedad y nuestra organización de la familia?. Te lo digo a ti sola; no tengo fe. He perdido la fe. Voy a reprimir esas ideas contrarias a la propiedad y al orden y al orden y me siento desasosegado. Puedes dormir; me voy, descansa. ¿Podré yo descansar?.
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Por el Mediterráneo azul va navegando blandamente la nave. El cielo es alto y limpio. En el azul del mar y en el azul del cielo se recortan las velas blancas. Pronto se verá la tierra de España. Sobre cubierta, en la noche estrellada, sereno el mar, dos viajeros dialogan.
-Son momentos decisivos para mí -dice uno de los viajeros-. La misión que se me ha confiado es grave. A ti puedo descubrir el fondo de mis pensamientos. ¿Has tropezado tú alguna vez con esos hombres?. Dicen que atacan la propiedad y la familia. Son partidarios de la comunidad de bienes. ¿No crees tú que en todo esto hay una parte de justicia?. Noto algo en mí que ha cambiado. No es la misma fe. Transmitiré con todo rigor las órdenes que llevo. Pero en lo más íntimo de mi corazón creeré que cometo una iniquidad.
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En el salón de un recio palacio, tierra adentro de España, el emisario va exponiendo las órdenes que trae de Roma a la más alta autoridad. Se divisa a lo lejos una montaña zarca. Desde la lejanía hasta esta ventana se extiende un boscaje verde. El color es intenso. A trechos, entre el verdor vivo aparece la mancha rojiza, amarillenta, de la tierra labrada. 

-La órdenes son terminantes. Esas gentes han de ser perseguidas. Lo van a ser ahora con más rigor que antes en todo el Imperio. Laboran contra el orden y contra la propiedad. No creen en nuestra religión. Predican la comunidad de bienes. La represión debe ser enérgica. Estas órdenes que traigo deben ser transmitidas a todas las autoridades subalternas de España.
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La ciudad reposa. En el recio caserón la luz de una lámpara ilumina la estancia. Es la hora de las confidencias . En estos momentos de expansión íntima se descubren los más recónditos pensamientos. 
-Hoy me han traído unas órdenes rigurosas -dice una voz-. No sé si tú habrás encontrado alguna vez a esas gentes. Si te he de decir la verdad, yo sí he hablado con alguno de esos hombres. No es lo que el vulgo dice. Desprecian la riqueza; viven pobremente. Su hablar es dulce, y su humildad sincera. ¿Es que se acabaría el mundo si ellos triunfaran?. Surgiría otro mundo. ¿Será cierto que con su triunfo desaparecería la civilización?. Nacería otra. Voy a transmitir las órdenes de persecución a todas las autoridades de España y mi corazón se rebela. A tí, en esta hora de las confidencias, cuando no nos escucha nadie, te lo digo. No tengo fe.
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Las autoridades de todas las circunscripciones de España han retornado ya a los territorios de su mando. Llevan orden de represión. Cada una de esas autoridades reúne, para transmitir esas órdenes a las autoridades locales de su circunscripción. Se han reunido en una ciudad todas las autoridades de los pueblos. Las órdenes han sido terminantes. El orden y la autoridad han de ser mantenidos a todo trance. Es preciso que las nuevas ideas disolventes no puedan ser propagadas. Y por la noche, en otra estancia silenciosa, en los momentos de las conversaciones  íntimas, surge otra vez la inquietante  interrogación . ¿No habrá  un átomo de justicia en lo que proclaman esos hombres?. ¿Dónde está la fe de antaño?. ¿No será inicuo este régimen de propiedad?. ¿No podrá darse otro Derecho y otra organización social?.
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En un pueblecito perdido en las fragosidades de una montaña, un hombre medita. Ha retornado de recibir las rigurosas órdenes. Ese hombre es la autoridad del pueblo. En ese pueblo, como en casi todos los pueblos, hay individuos que predican la fraternidad y el desprecio de las riquezas. No creen en la vieja religión. Su religión es otra. La primera autoridad del pueblo medita dolorosamente. Piensa este hombre que va a cumplir unas órdenes de represión enérgicas. "Pero no tengo fe -dice en su pensamiento-. No tengo fe. Esas órdenes vienen de Roma  a través de todas las autoridades que hay por encima de mí. Llegan hasta mí, de eslabón en eslabón, desde el emperador. Y todos, desde el emperador abajo, tienen fe en la represión. Todos creen firmemente en nuestro régimen de la propiedad, en nuestra organización de la familia, en nuestra religión. Ellos tienen una fe robusta y yo, ¡ay!, no la tengo. ¿Cómo megobernaré yo en ese trance?. Desfallezco y mi alma está en mortal congoja. ¡Si yo tuviera una partícula nada más de la confianza indestructible que los demás tienen!".
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Cuando se anunció el alba, la vaga claridad dejaba ver en un árbol, pendiente de una rama, un rígido cuerpo humano".

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Azorín...¡qué cuento de Navidad nos has escrito!. ¿Será por que piensa? que la Navidad es el tiempo para replantearnos muchas cosas?.   
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