Vivo rodeada de libros, como quise siempre y pienso...
El primer libro que fue mío y sólo mío, se titula: LOS CUENTOS DEL VIEJO RELOJ. En otro lugar de este blog ya os hablé de él. Aún lo conservo. Es encantador. Planté un laurel frente a la ventana de mi dormitorio para recordar a los dos niños que, en un día de lluvia, miraban el jardín de su casa inundado...
La primera novela que me regalaron: VIENTO DEL ESTE, VIENTO DEL OESTE de Pearl S. Buck. Preciosa y a continuación leí casi todas las que había escrito la misma autora, con el peligro de terminar hablando como ella, fue un peligro que logré superar a fuerza de voluntad.
Luego siguió Morris West, al caer en mis manos: EL ABOGADO DEL DIABLO.
Fui lectora de un sólo autor, con una fidelidad un poco extraña. Hasta que participé en un club de lectura. Ya sabéis como funciona eso... allí tenía que leer el libro indicado que era de autor diferente cada sesión.
Creí que eso me había curado de mi manía... pero, como me decía mi madre "las manías no las curan los médicos"... (también me decía: "un día perderás las orejas") y aquí me tenéis amarrada a las novelas de Isabel Allende, después de pasar una buena temporada leyendo todo lo qué escribía Paul Auster (me enganché a este autor después de leer SUNSET PARK).
Pues con la libertad que me da la jubilación, he decidido leer lo que me apetezca.
Ya os iré contando.
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