sábado, 15 de abril de 2017

PASCUA: RESURRECCIÓN

- el autor de los textos que os ofrezco a continuación es  Pablo d'Ors-


"Todavía no habían entendido lo que dice la Escritura, que Él tenía que resucitar".

-Vieron y creyeron.
Pero ¿qué es lo que vieron?. Una tela y unas vendas . Un sepulcro vacío.
La fe cristiana tiene su fundamento en ese vacío explorado a la Luz de las Escrituras.
Sólo porque los discípulos dan a esas vendas y a esa tela su verdadera significación pueden luego experimentar que Él está vivo.

Nosotros somos esos discípulos que corremos hacia ese vacío que es la muerte, en cuya entraña nos espera la plenitud.
La historia es como un largo sábado santo que prepara al domingo eterno de la verdadera Vida.

****
Un ángel del Señor bajó al sepulcro: la plenitud acude a llenar el vacío.
La visita de un ángel de luz: "eso es lo que esperamos en medio de la rutina y tiniebla cotidianas".
Ese ángel da cuatro mensajes, que son los que todos necesitamos siempre escuchar:

1. No os asustéis, el miedo está detrás de todo mal.
2. Sé que estáis buscando, sólo a los sedientos se les saciará.
3. No está entre los muertos sino con los vivos, es en la realidad habitada y salvada por Él donde se puede encontrar lo que se anhela.
4. Id y anunciad, transformad vuestra vida en un mensaje.

********      ********      ********      ********      ********      ********      ********

TOMÁS  Y MELLIZO, S. A. (autora: Dolores Aleixandre).

¿Tenía Tomás un hermano mellizo?. A lo mejor sí, y esa es la explicación más evidente y plana de su sobrenombre. Pero nada nos impide aventurar otra e imaginar que estaba bajo el signo de Piscis, que en el zodiaco se representa como dos peces gemelos y sugiere una personalidad compleja , contradictoria y múltiple.
El apodo vendría entonces de aquellos dos hombres distintos que coexistían con él:
---el Tomás decidido y audaz, capaz de de adentrarse sin temor en lo desconocido y de decir "¡vamos también a morir con el Maestro!" y
---junto a él, el otro Tomás, su sombra, receloso,desconfiado y algo cerril.
A lo mejor por eso simpatizamos tanto con este discípulo de reacciones impulsivas y algo descaradas, y nos cae tan bien su manera de aproximarse a Jesús, tan temeraria y desarbolada. Y hasta podemos sentirnos englobados en esas contradicciones suyas, como si fuéramos su "gemelo virtual".
El final de la escena nos llena de esperanza:
Tomás el Mellizo, dividido y desconfiado, es bautizado en las aguas torrenciales del amor sin límites de Jesús, recibe ahí su nombre definitivo y único, y se adentra, a ciegas por fin y sin miedo, en la hendidura insondable de su costado abierto, SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO... 

******        ******        ******        ******        ******        ******        ******        ******

Y ahora, para celebrar la Resurrección, a comernos "la mona".  Pero antes habrá que hacerla.



¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!!!