-es bueno, de vez en cuando, pararse y rezar-
ENSEÑAMÉ a ENVEJECER
-convencemé de que no son injustos conmigo:
.los que me quitan responsabilidad.
.los que no piden mi opinión.
.los que llaman a otro para que para que ocupe mi puesto.
-¡Quítame el orgullo de mi experiencia pasada y
el sentimientode sentirme indispensable!.
-pero ayúdame, Señor, para que siga siendo
útil a los demás, contribuyendo con mi
alegría al entusiasmo de los que ahora tienen
otras responsabilidades y aceptando mi salida
de los campos de la actividad, como acepto
con naturalidad sencilla la puesta del sol.
-Finalmente te doy gracias, pues en esta hora
tranquila, caigo en la cuenta de
lo mucho que me has amado.
-Concedemé que mire con gratitud
hacia el destino feliz
que me has preparado.
-Señor, ayúdame a envejecer así. Amén.
_J. L. Martín Descalzo_
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