miércoles, 16 de febrero de 2011

"LA MALA EDUCACIÓN"

-así se titula el artículo que leo en una revista, cuya autora es Carmen Chamorro y que os voy a transcribir y al mismo tiempo comentar-
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".....la mayoría de los mamíferos son capaces de sentir empatía: los más fuertes alimentan a los débiles, los rescatan cuando quedan atrapados....construyen refugios donde guarecer del frío a sus compañeros de camada. Si incluso una rata ayuda a su compañera a huir de la trampa donde ha caído, ¿por quétanta gente que tenemos a nuestro alrededor día a día es sorda, ciega e insensible a las necesidades de los demás?.

No se trata de ser héroes, de interponerse entre la pistola del atracador y su víctima, si no de abrir un poco más los ojos y percibir lo que nos rodea. Porque en algunas ocasiones tengo la sensación de que vamos por la vida como caballos con anteojeras. ¿Para qué voy a caminar 20 metros si puedo aparcar enfrente de casa, aunque esté invadiendo un carril en curva y pueda provocar un accidente a otro coche?; ¿por qué tengo que decirle a mi hija de tres años que leceda la silla a esa señora mayor....?; ¿para qué hace falta que baje la voz....?.

Jueves, día laborable; acompaño al INEM a una amiga que se acaba de quedar sin trabajo. Son las cinco de la mañana y está diluviando. Ya hay una larga cola....Hace frío. Las horas pasan lentas, pero hay que asegurarse un número que permita que nos atiendan ese día. A las nueve ya somos más de 200 las personas al borde de la congelación que esperamos en orden. Tendrían que abrir, pero nadie viene.
Alguien de la cola llama a información. Un eco recorre la fila: "los INEM de ....no abren hoy". Miro, pero no hay ningún aviso que indique que ese día cierran. ¿Para qué perder dos minutos en escribir una nota que hubiera evitado que cientos de personas pasaran la noche al raso...para nada?."

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Quise, Carmen comentar tu artículo donde indicaba la revista, pero no pude encontrar el lugar; en otro momento hubiera desistido, pero hoy necesito decírtelo pues pusiste "el dedo en la llaga".

Verás lo que me pasó:
-La señora que me ayuda en las tareas de casa y yo nos quedamos encerradas en el patio de luces (vivo en un primer piso) y empezamos a pedir ayuda a "grito pelado", se oían voces, era la hora de hacer limpieza y gran parte de los vecinos estaban en sus casas, nadie nos ayudó avisando al portero que tiene las llaves y hubiera subido a "rescatarnos", sólo tenían que hablar con él desde el telefonillo......
-Hace un tiempo, vinieron unos compañeros a traerme unos libros, sabían donde vivía pero no en qué puerta; no estábamos ni el portero ni yo; llamaron a un montón de puertas, nadie me conocía y vivímos todos allí desde hace más de treinta años...
¿Qué te parece, Carmen?

No son malas personas, son personas educadas, profesionales de prestigio (algunos, los más), pero que no se quieren molestar en ayudar, no se ponen en el lugar de quien necesita ayuda...
Llevan anteojeras como tú bien dices...
Me sntí defraudada, siempre había presumido de tener buenos vecinos, pues todas las "desgracias" que nos auguraron nuestros amigos cuando se enteraron que viviríamos en un primer piso, no se han cumplido...
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-puedes añadir dos anécdotas más a tu relato-
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