cuando nos dejó Enriqueta, en la Misa de su despedida, se leyó éste párrafo del libro de la Sabiduría:
“Pedí y se me concedió la prudencia; supliqué y me vino el espíritu de Sabiduría. Y la preferí a cetros y tronos y
en nada tuve a la riqueza en comparación de ella.
Ni a la piedra más preciosa la equiparé, porque todo el oro a su lado es un puñado de arena y barro parece la plata
en su presencia.
La amé más que la salud y la hermosura y preferí tenerla a ella más que a la luz, porque la claridad que de ella
nace no conoce el ocaso.
Con ella me vinieron a la vez todos los bienes, y riquezas incalculables en sus manos.
Y yo me regocijé con todos esos bienes porque la Sabiduría los trae, aunque ignoraba que ella fuese su madre.
Con sencillez la aprendí y sin envidia la comunico; no me guardo ocultas sus riquezas porque es para los
hombres un tesoro inagotable y los que la adquieren se atraen la amistad de Dios.” –Sabiduría 7, 7-14-
-¡qué bien te conocía, Enriqueta, quien eligió esta lectura para tu funeral!-
-Yo he tomado este párrafo para justificar mi blog, porque expresa mi sentimiento hacia mi profesión, en la forma que la
aprendí y en la forma que quiero transmitir mi experiencia a las logopedas que comienzan.
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