miércoles, 23 de febrero de 2011

23 DE FEBRERO

¡Como pasa el tiempo!, treinta años ya desde aquel día... ¿recuerdas Mª Luisa?.

Estábamos impartiendo un tema de logopedia en el curso de Pedagogía Terapeútica, con el aula llena de alumnos... de repente se abrió la puerta y un señor dijo "todos a casa, en Madrid han dado un golpe de estado", enseguida se fueron todos, nos quedamos solas...

Cogimos cada una su coche y nos fuimos también; en el camino vi muchos vehículos, era gente que como yo regresaba a su casa... todos conducíamos despacio, nadie hablaba, nos mirábamos unos a otros a través de los cristales de las ventanillas; parecía que seguíamos un ritmo ya ensayado.

Cuando llegué a la Gran Vía empecé a ver grupitos de soldados jóvenes, eran los que cumplían el servicio militar y que por vivir en Valencia habían ido a dormir con su familia y que los agruparon para llevarlos de nuevo a los cuarteles; ya en mi calle, seguí viendo más soldados... los tanques no los vi, llegué antes a mi casa. Y allí ¡como me recibieron!, como si volviera de la guerra sana y salva; entonces no había móviles y no sabían nada de mí.

Ya parece todo tan lejano...

*

¿Qué conclusiones personales saco, ahora que la distancia en el tiempo me hace ver las cosas de otra forma?.

- lo primero: que soy una optimista nata; en ningún momento pensé que lo que estaba pasando era muy grave (cuando en la radio del coche decían qué se había producido un vacio de poder, creí que ¡claro!, Adolfo Suarez había dimitido y Calvo Sotelo aún no había sido confirmado como presidente dell Gobierno y no era eso...).

-luego que, igual que no siento el dolor, tampoco soy capaz de sentir miedo y eso no es bueno, porque tanto el miedo como el dolor nos alertan y por tanto nos protegen.

- y que el tiempo pasa muy deprisa.

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