-bienaventurados los que se saben reir de sí mismos:
siempre tendrán motivo de diversión.
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-bienaventurados los que saben distinguir una montaña de una topera:
se ahorrarán muchos quebraderos de cabeza.
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-bienaventurados los que son capaces de descansar y dormir sin justificarse:
serán sabios.
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-bienaventurados los que saben callar y escuchar:
¡Aprenderán cosas nuevas!.
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-bienaventurados los que son lo bastante inteligentes como para no tomarse en serio:
su entorno lo apreciará.
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-bienaventurados vosotros si sabeis mirar con seriedad las cosas pequeñas y con tranquilidad las cosas serias:
llegareis lejos en la vida.
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-bienaventurados si sabeis admirar una sonrisa y olvidar una mueca:
vuestra vida será luminosa.
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-bienaventurados si podeis interpretar siempre con benevolencia las actitudes de los demás, aunque las apariencias sean contrarias:
os tomarán por ingenuos, pero ese es el precio de la caridad.
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-bienaventurados los que piensan antes de actuar y oran antes de pensar:
evitarán hacer muchas tonterías.
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-bienaventurados si sabeis callar y sonreir aunque os quiten la palabra, cuando os contradigan u os pisoteen:
el Evangelio empieza a penetrar en vuestro corazón.
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-bienaventurados sobre todo vosotros que sabeis reconocer al Señor en todos los que encontrais:
habeis encontrado la verdadera luz,
habeis encontrado la verdadera sabiduría.
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4 comentarios:
Me encantan
Muy buenas reflexiones, para aplicarlas a mi vida.
Como dice el Salmo debemos escuchar la voz del Señor. Déjate llevar por el
Muy sabio y con mucha profundidad.
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